Japón no es precisamente el país de origen del tomate, mucho menos la parte más septentrional del país donde la nieve y el frío la dominan. Y sin embargo, especialmente en los últimos años, El cultivo de esta solenacea ha tenido un gran interés en el país del Sol Levante y también Idromeccanica Lucchini ha contribuido a estudiar y perfeccionar las más modernas e innovadoras técnicas para el cultivo de tomate en Japón.
Un invernadero para el tomate
La intervención de Idromeccanica Lucchini tuvo lugar en el territorio de Okadama, en la prefectura de Sapporo, en la región de Hokkaido, en el norte de Japón. Para poder cultivar el tomate en un clima tan rígido se hizo necesaria la construcción de un invernadero de 1.200 metros cuadrados que pudiera garantizar un microclima adecuado a la proliferación de la planta. Para la intervención se eligió como base el invernadero Multyatlantic Evoluzione con capillas de anchura variable entre los 9.60 y los 12,80 metros.
Automatización, investigación y desarrollo
La intervención en Japón nació a raíz de una colaboración con la división agronómica de la Universidad de Hokkaido para la inserción del cultivo del tomate. Las primeras fases de la investigación se focalizaron principalmente en las etapas de crecimiento, con el fin de establecer los procedimientos más adecuados para la salud de las plántulas y su rendimiento. Las soluciones técnicas adoptadas para la construcción del invernadero, verdadero piloto de una serie de invernaderos futuros, han sido múltiples y fruto de una esmerada experimentación. El tomate en invernadero se cultiva fuera-suelo sobre sustrato de lana de roca colocado sobre canales suspendidos y dotados de calefacción basal. El invernadero se calienta con canales de agua para derretir la nieve (que de otro modo provocaría una gran humedad dentro del invernadero) y también para aumentar el calor interno, mientras que la ventilación pasiva está garantizada por la presencia de una doble ventana. En el interior se ha colocado una pantalla, que se puede abrir y volver a cerrar automáticamente, para ajustar el gradiente luminoso. La pantalla tiene dos funciones: la de sombra y regulación luminosa y el de "capa" térmica y aislamiento, puesto que al clima de Hokkaido el 80% de la excursión térmica se realiza desde el techo. Los diferentes sistemas automatizados son capaces de mantener en el interior del invernadero 18°C por la noche y 28°C por el día para garantizar un crecimiento eficaz de los plantones y la correcta apertura y cierre de los estómagos.
La lección japonesa
Tuviendo que trabajar con los materiales y las costumbres japonesas, Idromeccanica Lucchini supo adaptarse en breve tiempo a diversas técnicas que hizo propias con profesionalidad y rapidez. En particular, en Japón, las cortinas para el techo se fabrican en teflón ETFE que, en comparación con nuestro polietileno EVA, tiene la ventaja de tener una transmisión luminosa igual a la del vidrio, de ser antiflama, antipolvo y de tener una duración de unos 20 años. La tela, fabricada en módulos y no en bobinas, debe fijarse en el local mediante fijaciones de larga duración. La estructura del invernadero, por lo tanto, fue hecha por Idromeccanica Lucchini para adaptarse a esta cubierta específica del techo. El teflón ETFE da una gran apertura luminosa en los días fríos y poco soleados de Hokkaido y, para compensar la excesiva irradiación en los días serenos, por debajo se ha preparado una pantalla abierta y cerrada para equilibrar el brillo.
Construida sobre las necesidades del cliente
El invernadero, capaz de garantizar el clima perfecto para el tomate todo el año, es un proyecto que ha abierto en Idromeccanica Lucchini muchos aspectos comerciales en el sol naciente. Construido sobre las exigencias del cliente, el invernadero tuvo que satisfacer dos requisitos principales:
• Ser muy alto con 9 metros al máximo con estrictos parámetros de viento y nieve dictados por el clima de la región.
• Responder a estrictos parámetros sísmicos.
Para Idromeccanica Lucchini es motivo de orgullo haber sido elegido para un proyecto tan ambicioso. Antes de la entrega, el invernadero fue sometido a una dura prueba tanto por el impacto sísmico como por el estrés meteorológico, junto con los ingenieros de la Universidad de Hokkaido, y ningún tipo de estrés ha podido hacer sufrir la estructura del invernadero. El gran trabajo llevado a cabo en estrecho contacto con el equipo de ingeniería de la universidad para un producto tan fuera de los estándares, hizo que Idromeccanica Lucchini madurara noticias a proponer también a otros clientes en el mercado japonés, y no sólo.
La lección aprendida
Las intervenciones acordadas con los ingenieros han permitido aligerar la estructura del invernadero del material superfluo y estudiar tecnologías que mantengan su integridad con una mayor ligereza. La simplificación de las estructuras ha llevado quizás a una nueva generación de productos a la cual se ha podido llegar sólo gracias a la capacidad de Idromeccanica Lucchini de crear innovación gracias a la colaboración y a la atención al cliente, Lo que Idromeccanica Lucchini siempre ha hecho con sus clientes italianos.
